quiero abrazarte hasta dejarte sin aire que respirar y que seas de colores azules, morados, verdes, quizá rojos.

es luz

respira el aire templado del sol de domingo mientras camina por la calle con sus flores a cuestas y eso parece placentero.

ya después generar sonrisas entre planos y marcos y puntos de vista y focos y luz. generar sonrisas. la comodidad de sentirse firme entre tanto viento. que todo lo arrasa, siempre tan rápido.

quedarse acá.
la calidez de la tarde de sol entre fotos.
me enamoré.

la rabia, salut !

inerte

vivir rápido, cerrar los ojos, morir despacio, sentarse a comer caramelos en la cama mientras los colores invaden, la televisión, la luz, las palabras vacías, vivir rápido, morir despacio, irse, quedarse, los besos húmedos no son insignificantes cuando cierro los ojos y muero despacio, los sonidos, las ventanas y la luz, cerrar los ojos, morir despacio, acostarse y ver la vida y tener un único contacto con el mundo exterior a través de la piel escondida, entonces cierro los ojos y muero despacio. o quizá no, quizá no se materializa a través de lentitud, sino que desconozco el misterio.

another day

con los ojos, yo quiero verte con los ojos abiertos y que no hables, que no pronuncies ni una sola palabra.
con las manos, yo quiero recorrer todo el calor de la ropa cuando se lleva innecesariamente, quiero sentirlo todo, con las manos, aunque no me alcance.

y voy a abrir la boca despacio y voy a dejar que la humedad del beso negado sea libre, y voy a pronunciar las palabras que no quiero escuchar, porque mentir es necedad, incluso si solo con gestos se manifiesta.

cursilerías

un corderito. un corderito manso, buenito, ojos de brillantes negros. un corderito.
ojalá en mis pensamientos pudiera guardarte así, inalterable. y la realidad no arrasaría. esa temible ola gris.
así te preservaría en la mente, encerrado en diez cajitas de cristal, un vasto campo de pastos verdes fluorescentes para correr sin libertad. y al cerrar los ojos estarías allí. y al abrirlos también, un corderito encerrado en diez cajitas de cristal corriendo por los vastos campos de mi mente, sin alteraciones, una y otra vez y otra vez más, al abrir los ojos también.
¿y quién dijo que la repetición abruma?

necios. yo quisiera guardar...

algo rosa
.
(uno-dos, uno-dos, uno-dos, uno-dos)

no corras más
quedate acá.
yo no digo nada,
pero no corras más.

cuando salga el sol, el abrazo.

ME ENTREGO AL TIEMPO, ILUSOS.

zafé

qué triste saber que yo también estuve ahí. qué triste haber recibido esas palabras, esas fotos, esa música, ese mundo. qué triste haber alimentado tu ego al máximo, para luego hacerte desaparecer con tan solo pestañar.
pero más triste es saber que el estar estancado no tiene que ver conmigo, sino con vos y con tus ideales de papel.

estar

cuántas voces.
mi voz no
se escucha,
el viento hace volar
estampillas
de colores,
tu amor,
de colores
mi voz
no se escucha.

calla.
y cuando solo reine el desierto, ¿vendrás para llevarme?

lo prohibido

(lo prohibido va acompañado de un dibujo de un perro con gafas de marco negro)



lo prohibido consiste siempre en añorarte tal cual eras cuando me miraste a los ojos en el medio del claro oscuro del día por venir.
lo prohibido consiste en pensarte vestido de fiesta de colores solo para mis ojos incrédulos.
lo prohibido siempre serán las palabras, por eso prefiero gritártelas.

cuando me escuches seremos viento.
el odio nace de mí.
llega hasta vos.
te acaricia la cara, como el viento, te acaricia la cara.
te pega una cachetada y se marcha.
como el viento.

ya no vuelve.
y qué poco vale la catarata de palabras inevitable que nace y se deshace cuando menos lo espero.


existencialismo

LA INCERTIDUMBRE DE CAER

odio

equivocación

si bastara una palabra para expresar lo mucho que siento no vivir como corresponde, te juro que la gritaría hasta cansarme, hasta quedarme sin voz, porque los silencios son demasiado abrumadores y no los acepto por más que lo intente, por más que me empeñe.
recién tomé conciencia del estado natural de las cosas aquí: el ruido de las teclas al azar, mi lengua recorriendo labios besados, mis ojos testigos de la catarata de errores que una sola persona es capaz de generar en tan solo un instante de viaje sin retorno.
y cómo me gustaría ese abrazo que nunca llega, cómo me gustaría ser más sincera con vos y gritarte que si sostenerte la mano es todo lo que queda de la vida, yo me juego y que luego venga el abismo más grande para arrasar con todo. y si entonces el negro de mi mirada va a reinar sobre esta habitación y ya nada va a moverse, entonces cerrá los ojos y escuchá la historia de años, cerrá los ojos y sentí cómo te hablo solamente a vos, sentí mi respiración y mis manos y mis dedos y mis uñas y no digas nada, porque las palabras simplemente arruinarán eso que yo tanto preservo: vida.

falling

llename de algodón.
invadí todo con la tersa textura y llename de algodón, no me dejes arrepentirme.
seamos nube, cielo, mariposa, lágrima.
o mejor aún, no seamos nada. inertes al cambio, el mundo nunca va a dejar de girarte.
llename de algodón, que el vacío es demasiado extenso y no alcanza con sonrisas.
que el blanco cegador investigue todos los rincones de un cuerpo inmóvil. y que luego de comprobar que no muero, se quede a vivir.

llename.
kayak.







(porque las palabras no significan nada y por esa razón necesito gritarlas)

instante

si yo tuviera treinta y dos soles a mi disposición y todo el tiempo del mundo para dedicarte, sin duda extrañaría aquella nube gris que de a ratos me a-tormenta.
sin embargo, me alcanza con el instante de luz que muere para mirarte a los ojos sin decir nada, como esos animales negros que agradecen las caricias de mil formas silenciosas, porque las palabras, aun si vienen de la mano de aquellos instantes que no se van, deberían callarse.



*
en algún cuaderno perdido de mi vieja habitación escribí algo sobre regalarte mil colores.

different names for the same thing

hace una semana llovía quizá, hacía calor quizá, yo me miraba en el espejo y me ponía un pañuelo en la cabeza: la maldita humedad aún no se ha ido.
y cada vez que pienso en la palabra aún, todavía, las reglas memotécnicas...
decía que hace una semana quizá había sol, yo esperaba al buen humor, a veces se me escapa y solo quedan viajes en colectivo para callar. y cuando llegó la noche y no me encontré sola solo pedí un deseo: poder estarlo. la lágrima a las tres de la mañana a veces funciona, a veces no, a veces duerme, a veces se despierta, a veces la música, a veces yo...
y cada vez que pienso en estas palabras descolocadas, las ganas de callar...
y salí por la ventana, qué frío que hacía cuando salí por la ventana. qué ganas de taparme hasta la nariz y mirar todo naranja desde adentro hacia afuera, como en aquella película que nunca me canso de buscar, una sonrisa. y salí por la ventana pero yo quería quedarme adentro, yo no quería hablar, yo quería estar en silencio, yo no quería hablar porque las palabras enredan todo lo que existe a mi alrededor y prefiero el desierto hoy. y qué frío que hacía, y cuántas gotas de agua, y cuánto caos y los ruidos, ojalá no escuchara los ruidos de la ciudad, te atrapan y te distraen y ¿qué cara poner cuando sos conciente de que el mundo se viene abajo, a pedazos se derrumba, y nadie se da cuenta menos este testigo involuntario? ¿qué cara poner?
y salí por la ventana y nunca vi el sol. al fin y al cabo siempre es oscuridad el invierno.










el único poder que le otorgo a las palabras en esta vida es el arte de la ficción, el mundo imaginario que se acerca lo más posible a lo que pasa en mi cabeza.

es que no

sos muy domingo.
mirando por la ventana del colectivo que te lleva a tu casa, que te aleja del perro de las nieves, que te deja sola. sos muy domingo.
sabina con sombrero de hongo. sabina desnuda, con su sombrero de hongo. sabina con un vestido a lunares azules, sin el sombrero de hongo. sabina con ojos tapados por el reiterado sombrero. una boca gigante, labios enormes, lo llenan todo. una torta de cumpleaños pequeña.

no quiero que llegue la primavera.