"los amores cobardes no llegan a nada ni se hacen historias, se quedan ahí"

varados.
tomar cepita de la mañana cuando en la tele los caballos son noticia y el mundo se pone de cabeza qué se yo qué les pasa a todos si el cielo es azul y si la sensación térmica acá es mil y uno y todos usan bufandas matutinas.
hace un rato me choqué con un mensaje hermoso sobre barcos encallados y mareas que rompen con todos los submarinos tranquilos, grises: la ola que quiero regalarte es enorme, como un modo de explicarte que los volcanes en islandia están cerca, más de lo que creo, y que son callados y repentinos, un tanto tímidos cuando de esto se trata todo.
la decisión es inminente y aterradora, consiste en explotar como tal y dejar que los vuelos se interrumpan de un momento a otro. consiste en hacerte saber, o no, en ser transparente como papel de calcar y que dibujes en todo esto que soy un ave que me lleve de paseo por un rato, que puede ser así de largo o tan corto como decir "iglú". a nadie le importa, yo no pienso en eso hoy y me visto de invierno para salir a escuchar lo que algún argentino tiene para decir, mientras en mi cabeza lo repito una y mil veces en otro idioma, en otro tiempo, que es este tiempo de blancos y matices, de detalles que se hagan historia, mínima o compleja.
no quiero ser cobarde.

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