no tengo alas como un planeador

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el color, así como esto que lees, así como las flores que crecen en tu jardín, así como mi sonrisa cuando me compro una golosina, así como las canciones que me hacen gritar, todo, todo eso y esto y aquello y lo que me sigue a casa paso, todo es risa o es llanto según tus ojos. como aquella nena que disfrutaba de ver llover y que deseaba que así fuera cada noche cuando se iba a dormir, para soñar con las gotas indistintas, siempre especiales. ojalá sus ojos hubieran sido capaces de mirarlas a todas, ojalá cada segundo de atención hubiera sido infinito, ojalá. porque en ese sitio donde el común denominador se entristece, allí está ella, observando la lluvia, chapoteando entre los lagos inmensos de agua, ahogándose con el aire más puro de la sustancia más limpia, transparente. y los demás la observan, la anhelan feliz, creen saber que ella siente lo mismo. si supieran que es tanto más simple así, pintando mundos diferentes, cambiando el cristal, girando el caleidoscopio siempre un poco más, nada es suficiente cuando se trata de vivir.
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(las respuestas no tienen sentido para mí)