la primavera

cuando llegó miró al vacío, todo azul oscuro violeta gris y negro y nada más. una luz, otra luz, dos luces más, fuego, calentar la soledad a veces resulta. medias naranjas, marrones. comer remolacha con la mano se volverá costumbre si sigue así, pero qué más da, si nadie le mira los labios manchados hoy.
"algo vuelve brillando hacia el mar, no puede morir, no puede morir... ", la frase recurrente latía, latía fuerte, cada vez a pasos de gigante hasta que hoy encontró su melodía una vez más, y no puede resignarse a ser un ser mediocre, cuando la hora llegó hace tiempo, cuando es necesario abrir los ojos, puros de observar la blanca pared, la nada.
y entonces una luz, dos luces, quince mil no sirven para adornar sus manos resecas, no se embellecen, no tintinean, no relucen, se agotan, se ensucian con el barro de la enseñanza ciega, no puede morir...



¿y qué sentido tienen estas palabras necias?

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