hay un jardín.
se estallan las lámparas en miles de cristales todos un centímetro todos agachados todos manos en la cara todos se cubren el sonido es sordo yo no lo escucho estoy parada en medio de las cintas de colores, pasteles todos, y las manos a los costados describen sin perfección medida todo eso que mi punto de vista


hay un jardín.
iluminan las lamparas de la kermés porque la noche no es solo de estrellas sino cometas alguna nube las filas de colores son rojos amarillos verdes todos brillantes en el pasto húmedo de verano que piso sin medias cuando la tierra es fría y el viento hace sonar cada destello como si fuera el último


hay un jardín.
y yo lo contemplo desde los marcos no se sostiene ni se sale de sí es solo una ventana en el libro un sudor unos labios que podrían estar marcados ahí son del color de la rosa son húmedos los toco con mi lengua con mis dedos son suaves son como el durazno la piel los sentidos mis uñas buscan


hay un jardín.
hay un jardín que se prolonga al infinito la inquietante noción de saber que

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