es como escalar una montaña tan tan empinada que a veces la cuesta es tan tan pronunciada que cuando me quiero dar cuenta estoy cabeza abajo con los pies donde en realidad deberían estar mis ojos y ya no sabemos si voy a caer irremediablemente o si la fuerza de gravedad no va a funcionarme hoy.
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acariciarlo
frágil,
sin palabras.
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acariciarlo
frágil,
sin palabras.
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