el sonido viaja como un puente y toca a tu puerta.
del otro lado, cuando abras los ojos, vas a ver un globo rojo. es enorme y brillante y no va a deshacerse jamás. además, un vestido con vuelo propio, lleno de flores y árboles que se mueven lentamente, como una selva dentro de mí, pero proyectada hacia vos, para que veas todo lo que regalarte implica. en la mano que utilicé para el golpeteo feliz, ahora tengo una torta gigante, está hecha de mermelada roja que es brillante también. ahora que lo pienso, se parece un copo al globo, pero es comestible, porque la cociné con tanta maña que no te das idea.
la sonrisa es del tamaño del mismísimo mundo redondo que recorrí. o quizá lo sobrepasa, no estoy segura.
lo cierto es que la imagen se congela por minutos infinitos. horas y días y más meses aún y se graba en la retina como si ninguno confiara en la memoria.
foto mental.
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