si te sigo soñando te vas a caer a pedazos como el edificio ese que imagino cuando viajo en el colectivo y miro para arriba porque las personas son todas grises en el día de lluvia. o quizá te deshacés en millones de partículas cada una más pequeña que la anterior para viajar más rápido que la luz hasta mi casa para tomar el té en mis tazas nuevas que son como las antiguas o quizás más hermosas. te prometo que compro infusiones variadas, así tenés la opción de elegir el sabor y el color que más te gusten. y también algunas torres de galletitas en platos con elefantes que recorran el mundo redondo que les tocó vivir.
bueno, ya que estamos, también me voy a anotar en una servilletita bordada todas aquellas palabras que quiero que escuches de mi propia boca, como un hechizo salvaje pero sutil que nos lleve de paseo hasta la pregunta eterna. sí, quiero.
y nubes y violetas de los alpes y monos que salten de un lado al otro del pequeño departamento y también palmeras de alturas desconocidas, que lleguen hasta el mismísimo sol y que a la vuelta nos bajen los rayos menos ultravioletas que encuentren para que nos alumbren y nos mantengan cálidos y rozagantes y exudando más partículas brillosas que giren sin detenerse, como el baile infinito de creernos inmortales así.
y cuando estemos seguros de que todo es como una fotografía, te pido por favor que no abras los ojos, sino que los dejes así como están, medio en penumbras hermosas de aromas y colores y más caricias olvidadas en las ganas de, y que te entregues a la música de aquellos músicos que están allá, porque ellos son el camino más directo hacia la pregunta eterna.
sí, quiero.
bueno, ya que estamos, también me voy a anotar en una servilletita bordada todas aquellas palabras que quiero que escuches de mi propia boca, como un hechizo salvaje pero sutil que nos lleve de paseo hasta la pregunta eterna. sí, quiero.
y nubes y violetas de los alpes y monos que salten de un lado al otro del pequeño departamento y también palmeras de alturas desconocidas, que lleguen hasta el mismísimo sol y que a la vuelta nos bajen los rayos menos ultravioletas que encuentren para que nos alumbren y nos mantengan cálidos y rozagantes y exudando más partículas brillosas que giren sin detenerse, como el baile infinito de creernos inmortales así.
y cuando estemos seguros de que todo es como una fotografía, te pido por favor que no abras los ojos, sino que los dejes así como están, medio en penumbras hermosas de aromas y colores y más caricias olvidadas en las ganas de, y que te entregues a la música de aquellos músicos que están allá, porque ellos son el camino más directo hacia la pregunta eterna.
sí, quiero.
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