LA ESTAMPIDA (PARTE UN MILLÓN)

me despertó el árbol que se me venía encima, se doblaba como para alcanzarme con uno de sus brazos y me miraba de reojo, se sacudía violentamente al son de una canción desconocida, desconcertante, desordenada. y después ya no supe si fue sueño o realidad, melodías o gotas o apuro o todo eso mezclado con el viento que me llevaba lejos, pero cerca del árbol de hojas verde oscuro, repleto de ramas como hijos abandonados, entregados a la corriente, tendiéndome una mano o implorando socorro, ayudándome o pidiendo rescate.
y me di vuelta y les di la espalda. después me tapé con la sábana aunque sabía del calor, los ignoré bajo mi propio manto de piedad, los lloré mientras me dormía, o tan solo me dormí y cuando me desperté ya no recordaba nada más.
— Las autoridades informan que hasta el momento los muertos somos todos.

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