que los idiomas no tan ajenos me lleven de paseo por las calles escondidas de un lugar que no conozco.
que el frío no me ponga colorada la nariz, ahora que sé que sucede con frecuencia.
que no se me caigan los anillos, que los guantes me permitan poner en foco, que los pies no me duelan luego de caminar por horas y horas y que no me olvide de cómo hablar castellano.
rayuelas y juegos de azar, por lo pronto me siento a esperar horas de té y acentos simpáticos.
2 comentarios:
no hay que olvidar los colmillos afuera.
lo que te voy a extrañar no tiene nombre.
igual falta un poquín todavía.
Por lo que veo se va lejos... Qué tenga suerte.
Saludos; lindo texto.
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