como las almas inconstantes que se desarman con una mirada o se construyen imponentes con tan solo una sonrisa, cambian su estado, cambian su ánimo, cambian como el color del agua de un segundo a otro, como el vapor que sale de tu boca, el invierno no presente, a menos que hablemos de mi interior, frío, sin palabras, sin expresarse ya.
he hablado tanto, he sido tantas cosas que hoy tan solo anhelo esa paz del silencio absoluto, la tranquilidad de saber que no necesito un sonido más, cerrar los ojos, no perdurar, no importa, no importa ser inconstante ahora yo quiero que te calles y que no hables palabras vanas, tus ojos lo dicen todo. dicen todo lo que necesito escuchar de vos, no importa.
he dEambulado por tantos caminos distintos sin encontrar el propio yo que dudo que este sea mi propósito infinito, pero qué más da, si intentar, caminar, irse y regresar siempre van a ser constantes sea donde sea. así justifico entonces, esta mudanza de sensaciones, como algo que renace en mí pero que se muere a la vez, porque al vivir siempre renunciamos a una parte de nosotros mismos. qué será lo que escondo yo, lo que niego, no lo sé. por lo pronto, en busca de un alma, no hay cielo que me alcance.
1 comentario:
cada día escribís más lindo.
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