me desperté temprano porque al vecino se le ocurrió martillar todas sus paredes, para sacar la suciedad y los recuerdos y los cuadros viejos también y las manchas y todo lo que no le gustaba.
después de soñar con excavaciones y dinosaurios por un rato, quise salir.
tal como el señor de las herramientas inoportunas, excavé en lo más profundo de mi bolso y encontré las palabras más lindas de todas, las que nunca regalé por cursilería y soles y algo más.
ahora cuelgan de mi pared, de aquél clavo que puse cuando el señor me lo permitió.
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